Apenas necesitan tres segundos para adentrarse en viviendas que estaban protegidas con cerraduras de doble vuelta. Abren las puertas en un visto y no visto, sin romper nada. El conocido como método bumping, técnica delictiva que no deja rastro al entrar en los domicilios, se ha convertido estos días en uno de los sistemas de moda entre los delincuentes que tratan de hacer su agosto.
En realidad, se trata de un sistema antiguo que ha vuelto a resurgir con la difusión de vídeos sobre esta técnica en Internet. Así, el peligro aumenta ante la posibilidad de que cualquier delincuente, sin la necesidad de conocer técnicas de ganzuado, se interese por esta modalidad.
El método en cuestión consiste en insertar una llave con la posición más baja a la que llegan los pistones en este tipo de cerradura y golpearla con un objeto. “A partir de ahí, saltan los cilindros, provocando que la cerradura pueda deslizarse libremente sin forzar nada”
La extraordinaria habilidad con la que los ladrones logran abrir las puertas convierten este sistema de robo en una faena para sus víctimas, porque no dejan huella. Aunque en ocasiones es la policía la que da el parte, generalmente es el seguro el que se pone en contacto con los cerrajeros.
Cuando estos se presentan ante la puerta, acaban confesando al afectado que no saben muy bien qué hacer porque la cerradura no está violentada y no tiene ningún desperfecto a la vista.
Así, las víctimas se quedan doblemente impactadas. Por un lado, porque han encontrado todo patas arriba. Pero la sorpresa es todavía mayor cuando perciben la desconfianza del seguro, que se niega a responder por lo sucedido ante la sospecha de que todo haya podido ser un ardid del cliente, puesto que no hay ninguna cerradura forzada.
Lo cierto es que, según advierten cerrajeros profesionales, “las cerraduras han quedado obsoletas en la mayor parte de viviendas. Se han quedado atrás, tienen más de quince años, mientras que la herramienta que permite forzarlas ha experimentado una evolución impresionante en los últimos cinco”.
La venta de maquinaria necesaria para forzar las cerraduras sin dejar rastro alguno se ha expandido de tal modo que hoy en día muchos delincuentes pueden adquirir por Internet estas herramientas profesionales de cerrajería. “Se venden desde países como Alemania o Francia. Hay empresas que se están saltando la legalidad, y de este modo tienen acceso a estas herramientas muchas personas que no mantienen ninguna relación con los cerrajeros”
“Son herramientas profesionales que no están sujetas a ningún control”, advierten desde la UCES, la federación de asociaciones profesionales de cerrajería de seguridad en el Estado.
Si bien estos ingenios con fines delictivos se suceden a velocidad de vértigo, los sistemas de seguridad de las casas se han quedado atrás en el tiempo.
Si algo saben los cerrajeros es que los ladrones no andan precisamente sobrados de tiempo. De ahí que desde el gremio hablen siempre de “ponerle minutos a la puerta”. “Una cerradura buena hay que complementarla con otras cosas, como bombillos de alta gama o escudos macizos que los protejan. Lo importante es poner un nuevo punto de cierre de manera que la apertura requiera de más tiempo. Quizá acabarán forzando la cerradura, pero les costará más, meterán más ruido, y eso siempre levanta sospechas. El ladrón en cuanto ve problemas desiste, y se va a por otra puerta”
A pesar del repunte habitual de robos por estas fechas, los asaltos a pisos han experimentado un acusado descenso en los últimos meses, según constatan desde el sector.
Desde el sector creen que, en buena medida, este cambio de tendencia se debe a una creciente concienciación de la ciudadanía por reforzar la seguridad de sus viviendas.